viernes, 11 de marzo de 2011

CUANDO PENSÉ QUE ERA BRASILEÑO



Cuando yo tenía escasos tres o cuatro años, no sabía realmente que nacionalidad tenía y no porque mis padres no me informaran en qué país vivía, sino porque seguramente mi memoria ya no lo registró, pero lo que sí tengo presente, hasta ahora, es que hubo un momento en que yo pensé que vivía en Brasil, y todo era por un "alucine" al ver ciertos parecidos con la realidad y las imágenes difundidas de ese país.

A qué me refiero, a que mi ventana al mundo era la escasa televisión que había a inicios de los años 70’s y porque donde yo vivía, supuestamente, me parecía, que la gente tenía un aire “brasileiro”.

Recuerdo que en la pantalla chica a cada momento veía especiales de Roberto Carlos, que en ese entonces, era el súper cantante del momento, reinaba su estilo y sus canciones, y en Minatitlán, Veracruz, de donde soy originario, tenía muchos fans, quién no tenía ese disco donde viene la rola de “La Montaña”.

Pero lo que me llamaba la atención de los especiales que pasaban de él, era la gente donde él vivía. Veía chicas exuberantes, niños que se vestían como yo, de playerita y pantaloncillos (en Mina, la temperatura llega a 45 grados en verano) y ese extremo racial en la comunidad brasileña, donde hay personas blancas y negras, que era algo muy común en mi tierra.

Para redondear “los parecidos”, en los especiales del intérprete de “La distancia”, también se veían palmeras, playas, ríos, y hasta animales salvajes, como los cocodrilos que me llevaban a ver en casa de un vecino.

También llegué a ver escenas del carnaval de Río, y en Minatitlán también se hacía esta celebración, así que definitivamente, mi mente de escasos 4 añitos pensaba que vivía en Brasil.

Cuando mis padres cambiaron de residencia para irse al Estado de México, entonces mi percepción cambió radicalmente y ya no veía palmeras, ni ríos, ni pescado fresco, y hasta que entré a la primaria comencé a darme cuenta en qué país vivía. (Yo nunca pasé por la educación preescolar, en ese tiempo eso era opcional).

Ya sabiéndome mexicano, años después lo único que supe de Brasil fue su futbol, y me quedé con una visión de ese país que sólo hace carnavales grandiosos, juegan excelente el balompié y además tienen hermosas mujeres.

Es decir, me dejé llevar por las "dulces" generalidades que nos ponen a los habitantes de los países, algo así como cuando los europeos o gringos, piensan que nuestra música es una mezcla de flamenco con mariachi y llegan a la conclusión que todos andamos de sarape y montamos a caballo.

Nunca he ido a Brasil, pero por Alcimar, una de sus ciudadanas que llegó a la Carlos Septién García, me di cuenta que en ese país amazónico no todos se la pasan pensando en carnaval, lo que rompió mi conceptualización “chafa” de los brasileños.

Alcimar siempre se distinguió por ser muy objetiva, clara y concisa en sus ideas, me impresionó también su fácil adaptación a nuestro país. Me gustaba cuando exponía, tenía un buen manejo del pizarrón y sus temas.

Así que mi visión de todo un pueblo cambió a un lado más intelectual por una de sus ciudadanas.

Ella ya no está en México, aunque vivió poco más de dos décadas aquí, ahora se encuentra en Brasilia y vía correo electrónico nos mandó varias fotos buenísimas que ahora comparto con todos ustedes.

Alcimar
y su hija Isabel en Natal.



Alcimar
y su pareja León.


Esto ve Alcimar en su natal Brasilia, desde la ventana de su vivienda.



Una hermosa vista de Natal, donde vacacionó Alcimar.



Este es la sede del Congreso brasileño.




Aquí el Palacio de Planalto, donde gobierna por primera vez Brasil una mujer, la presidenta Dilma Roussef.