lunes, 21 de diciembre de 2009

EL "RENÉ" DE LOS AÑOS 90'S



Han pasado ya casi 16 años desde que me gradué de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García y creo que mi esencia como persona aún conserva mucho de ese joven que no tenía idea de cómo iba a enfrentar el gran monstruo que es esta vida.

Recuerdo que siempre vestía una chamarra de cuero,sin que me faltara el pantalón de mezclilla, los tenis y la camisa de manga larga, era un estilo entre rockero pero a la vez de "joven respetuoso de sus mayores".

Para ese tiempo ya no usaba tan largo el pelo como lo hice en los 80's, pero aún tenía reminiscencias de la moda que había tomado de la época dorada del hard-rock.

Me interesaba con mi ropa decirle a la gente que me gustaba el rock o que era rockero, ahora sigo siendo un amante de esta música, pero desde hace mucho ya no me gusta decirle a nadie con mi ropa mis gustos musicales.

Era como decir, "yo llevo el estilo de vida del rock", aunque sin drogas ni mujeres, porque en ese tiempo, aunque quisiera ser mujeriego mis habilidades con las féminas eran un fracaso o en otras palabras, era un total pendejo.

Ya que mi madre hacía grandes sacrificios para pagarme la colegiatura, no alcanzaba más que para el pasaje y el lunch, por lo que no sobraba nada para invitar a comer a una reina, que en mi grupo sobraban, eran más mujeres que hombres.

Claro que con el tiempo esa mala suerte comenzó a revertirse y sin dinero pude tener una que otra novia o por lo menos una aventura estudiantil.

Al principio era muy serio porque no le agarraba "la onda" a mis compañeros, como que estaban en otro canal, se reían de cosas que no me hacían gracia, o hablaban de lugares a los que yo nunca había ido.

De hecho, sólo hablaba al principio con una chica llamada Claudia, que se sentaba a mi lado, que toda la vida se la pasaba durmiéndose en el pupitre, y yo terminaba rascándole la cabeza, y aunque era guapa, jamás se me pasó la idea de bajar la mano más allá de lo "reglamentario". La recuerdo como la chica bella que jamás me interesó, ya que aparte de dormir tenía una forma de ser muy difícil de sobrellevar, no soportaba escucharla más de cinco minutos, quizás por eso prefería hacerle "piojito".

Creo que pasó como un mes o más en aquel lejano 1990,hasta que pude tener un círculo de amigos estables.

Una gordita de gran corazón llamada Elizabeth fue la primera que me habló con la única finalidad de que fuera su cuate, aunque mi respuesta al principio no fue amable para ella, pero después pensé, "¡qué más da! vamos a ver cómo nos va con estos niños consentidos".

Veo a la distancia a ese René y sigo manteniendo mucha distancia entre la gente que no conozco y tengo muy pocos amigos. Me sigue gustando el rock como en aquel tiempo y todavía considero que no tengo ángel con las mujeres, pero mi capacidad para conquistar es más avanzada, lo que ha provocado que prácticamente pierda la cuenta de cuántas féminas han conocido en la intimidad a este ser. Por lo menos eso me ha hecho sentir lo que en mis fantasías siempre quise ser: un rock-star.

Ahora soy más viejo, 38 años exactamente, tengo más arrugas y un sobrepeso que nunca imaginé tener, pero la maldita o bendita Coca-Cola no la puedo dejar ni en sueños, ya que ha sido mi fiel compañera desde que comencé en el periodismo. Es la mujer negra que siempre te despierta.

Y sigo soltero como en 1990, sin que exista alguna posibilidad de matrimoniarme con alguien.

En conclusión, en 1990 gritaba a todo pulmón "Master of Puppets" de Metallica y ahora en el 2009, todavía hace dos días lo volví hacer con más fuerza que antes, así que este René sigue siendo casi igual, lo que probablemente también es un síntoma de inmadurez, pero los rockeros nos parecemos a nuestros ídolos, envejecemos en lo físico pero en los espiritual nos seguimos moviendo como Mick Jagger.

No hay comentarios:

Publicar un comentario